
Ya se sabe que los tiempos cambian y que al progreso hay que darle siempre (???) la bienvenida, pero la bacalá que nos venden los timoneles del consumismo es tan descarada que uno ya empieza a estar más que harto. Nos dieron la tabarra con tres cintas de vídeo diferentes (el 2000, el beta y el vencedor VHS) y lo cierto es que ninguna, las cosas como son, ofrecían la calidad que se merecen las buenas películas (y las malas, qué leches). Entonces va y nos llega el LaserDisc, una patata que no había por dónde cogerla, dos discos enormes que ofrecían patatín patatán de resolución horizontal, blablablá balablablá de noséquenosecuántos, y la tontuna de tener que darle la vuelta al disco o meter otro para ver la peli completa. O sea, que una guerra de formatos del copón que parecía zanjada con la aparición del DVD, que era la "creme de la creme", lo mejón de lo mejón... Y ahora los japos, que son los que marcan la pauta en la cosa tecno, va y se sacan de la manga el Blu-Ray, la cosa más supermegaguachi del planeta, un disco con una nitidez de imagen, una sonoridad, una cosa... Amos, que ahora el Blu-Ray es la polla repolla y el DVD nas, tampoco era para tanto.
Yo, en un asalto de locura, me deshice de mi colección de VHS en uno de esos Blockbusters que se fueron a tomar por club, y en el cambio creí salir ganando: un cinco por ciento de las cintas en pelis de DVD. El timo del Blockbuster, vaya, pero yo caí y me fui con mis peliculitas para seguir ampliando mi nueva colección, la de DVD. Y ahí estaba yo, engrosando mi DVDteca cuando ahora me proponen una Blu-Rayteca. Pero, ¿esto qué es? ¿De aquí a unos años le diremos adiós al DVD? ¿De aquí a unos años no habrá reproductor que valga para mis películas? ¿Voy a tener que pasarme, por cojones, al Blu-Ray? Que alguien me explique estas dudas que me corroen, por favor, porque uno está ya muy hartito de que le tomen el pelo y de que, en pro del progreso, me vayan a ir cambiando de tanto en tanto mis cosas cuando aún ni siquiera he digerido el cambio anterior... Cambios, cambios, cambios, progreso, progreso, progreso... Y todos a seguir el juego yendo al híper, súper o mega para darle cuerda a la maquinaria. Y mañana a empaquetar mis DVD, y dentro de diez años a bajar al trastero los Blu-Ray, que, por cierto, tienen nombre de droga de diseño.