
Si nadie lo remedia, Telecinco emitirá una versión infantil de
Gran hermano, con la idea, claro, de mejorar sus audiencias manteniendo en los sofás a papás, mamás, tías, abuelos, y, lo que es peor, niños, con la excusa de que se trata de un espacio educativo en el que los chavales aprenderán a ser autosuficientes. ¿Es que un niño ha de ser autosufieciente o no es fundamental para su formación emocional -tan imprescindible- la figura de sus padres? No haré yo aquí de psicólogo, que no lo soy, pero desde luego que deseo manifestar mi repulsa hacia un programa que se sale de madre ya en su versión adulta y que ahora pretende dar lecciones educativas en una sociedad donde la televisión es lo menos educativo que existe.
Cuadro: El conocido como "El niño de llora", de Bruno Amadio. Es para llorar, ¿no?