Anoche la Semana de Cine de Carabanchel exhibió dos importantes películas del cine español: La isla interior (Dunia Ayaso y Félix Sabroso, 2010) y Siempre hay tiempo (Ana Rosa Diego, 2009). A mí me tocó presentar y moderar el coloquio de la segunda, al que vino Juan González (en la foto, a la izquierda), del equipo de cámara y amigo personal de la directora.
Siempre hay tiempo nos habla de encuentros generacionales, contrapuntos culturales, conflictos paternofiliales y sobre todo del abandono y la incomunicación. Es extraordinaria en todos los aspectos, comenzando por los actores, especialmente Txema Blasco y Montserrat Carulla, pero también el joven Eduardo Bulnes, un descubrimiento que debería haber merecido otra de esas nominaciones noveles al Goya.
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