Hemos de hablar.
De la vida no.
De la vida no se habla,
que se vive... quiero pensar.
Hemos de hablar,
pero no del ayer, tampoco del mañana.
Del presente, ¿para qué?
Si en él estamos.
Hemos de hablar, ¿no?
Un par de palabras, quizás. Tres a lo sumo.
Pero estamos tan bien callados...
¿Por qué no mejor mirarnos?
Dejemos que hablen los demás.
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