Recupero una entrevista que hice para Friki Films Blog a la
actriz Analía Ivars, una de las musas de Jesús Franco durante los años 80. Con
ella hablamos de tan peculiar cineasta, de Mariano Ozores, otro de sus
habtuales directores, y de algunas cosas más. Ivars ha intervenido, casi
siempre como presencia “sexy”, en Los blues de la calle Pop (1983), Juego sucio
en Casablanca (1985), Las chicas del tanga (1987) y El infierno virtual del
Doctor Wong (1999), entre otras muchas de Jesús, y Al este del oeste (1984), El
rollo de septiembre (1985), ¡No, hija, no! (1987) y El equipo Aahhgg (1989),
entre las varias de Mariano.
¿Cuándo entraste en contacto con Jesús Franco?
A principio de los 80.
Pero, ¿cómo lo conoces?
Estaba rodando en Altea Los blues de la calle Pop.
Necesitaba una actriz tipo “mujer cómic”. Jesús fue a comprar a la zapatería de
una amiga mía en Benidorm (yo en aquella época vivía allí) y se lo comentó, y
ella se puso en contacto conmigo. Así conocí a Jesús. En un principio mi papel
era muy pequeño (dos días de rodaje), pero el entusiasmo hizo que a medida que
transcurrían los días, Jesús le
fuera dando más protagonismo.
Siempre quise ser actriz, desde la primera vez que fui al
teatro, con 8 años. Y no creo en las casualidades, sino en las “causalidades”.
Justo entras a trabajar con él en unos años en los que
comienza a hacer cine X. ¿Te propuso alguna vez que participaras en estas
películas?
Creo que esa etapa fue o antes o después de trabajar
conmigo. Nunca me propuso hacer un papel en una de estas películas.
¿Cómo crees que ve Jesús a la mujer?
Creo que Jesús tiene un concepto de la mujer que roza lo
divino. Es un creador de grandes contrastes en los que lo femenino está en
primer lugar. Todas sus películas giran en torno a la mujer. Ha sabido plasmar
todos los miedos, las fobias, las grandes pasiones que nos envuelven, y también
el lado oscuro, en un ejercicio de alejarnos de los papeles tradicionales que
se nos han impuesto en la sociedad. Es un gran observador de todo lo femenino.
Me atrevería a decir que es “un
feminista cinematográfico”, deduciendo de ello que casi todos los papeles
masculinos son meros adornos para el lucimiento de sus musas.
¿Con qué papel suyo te has sentido más identificada?
No sé si llamarle identificación, pero me divertí mucho
rodando Les amazones du temple d’or y, aunque no te lo creas, aún no la he visto.
También me gustó mi papel en Juego sucio en Casablanca.
En ese sentido de visión de la mujer, ¿en qué se diferencia
de Mariano Ozores, con el que también has trabajado mucho?
Siento un gran respeto por ambos, pero me es muy difícil la
comparación. Mariano ha sido más lineal en su trayectoria y Jesús ha cambiado
de genero muchas veces a lo largo de su carrera. Jesús es un creador
independiente y arriesgado con todo lo que ello implica.
¿Cómo se produce tu encuentro con Ozores?
En un casting,
como casi el 100% a lo largo de mi carrera. No he tenido “padrinos” ni provengo
de familia de actores, por lo que mi trayectoria se debe exclusivamente a mi
esfuerzo personal.
¿Cómo recuerdas a Mariano Ozores? ¿Podrías decirnos dos
cosas que diferencien a Ozores de Jesús Franco en su manera de dirigir?
Toda la familia Ozores son muy profesionales. Mariano me
defendió en algunas situaciones en que se le exigía por parte de la productora
algún personaje popular televisivo del momento; él aducía que le gustaba
trabajar solo con actores profesionales porque no quería sorpresas y sabía muy
bien de lo que hablaba. Sin embargo Jesús en ese sentido ha sido siempre más
arriesgado.
¿Por qué tu carrera se ha limitado fundamentalmente a estos
dos directores?
Bueno, en estos casos son los que más veces me han llamado,
pero he trabajado con muchos otros, no solo en cine, también en teatro y
televisión. He sido y soy una hormiguita en mi trabajo y, excepto circo, he
tocado casi todos los palos en el mundo del espectáculo. He trabajado en
orquestas, en compañías de danza y teatro, en moda y publicidad, en la radio;
incluso fuí redactora jefe de una revista.
Fuera de estos dos directores, ¿qué película tuya prefieres?
Hice un capitulo de una serie de TVE, Serie negra, que se
llamaba La sombra del delator, dirigido por Mario Gas, en la que hacía un
versión de la escena del guante de Gilda. Otra etapa muy bonita fue trabajar en
Buenos Aires, en Canal 9, en Hiperhumor con grandes actores, donde cantaba,
bailaba y actuaba. También una película muy divertida fue Paraíso relax, con
Guillermo Franchella en Buenos Aires.
¿Desnudarte no ha sido nunca un problema para ti?
En las primeras películas sí. Hasta que aprendí a hacer una
dicotomía entre mi yo profesional y el personal. Es un ejercicio que recomiendo
para conservar la salud mental. Soy tímida, aunque no lo parezca. Me resultaría
muy difícil hacer muchas de las cosas que hago en mi trabajo, delante de unos
amigos en una fiesta, por ejemplo. No puedo ni quiero ser actriz las 24 horas
del día.
Hace tiempo que no trabajas para Jesús. ¿Cuál es el motivo?
Es una pregunta difícil de responder. Jesús es mi “padre
cinematográfico”. él me descubrió siendo casi una niña, me enseñó a actuar
delante de una cámara y, no solo eso, sino a valorar este trabajo desde el
sacrificio, a trabajar en equipo, a entender que en el set de rodaje no hay
estrellas, sino obreros del arte que se unen con un solo fin, que es dar a luz
una película. Y todas esas enseñanzas las agradeceré eternamente, de las cuales
me he beneficiado no solo yo, sino todos los directores con los que trabajé
posteriormente. Me casé con el cine y Jesús fue el maestro de ceremonias. Pero
ya se sabe que todos los “matrimonios”, incluso los profesionales, pasan por
épocas de crisis, que no siempre se superan. Quizás no supe adaptarme al cine gore,
me cansé. Eran rodajes muy duros para mí, en un idioma que no domino,
realizando actividades extras, como el diseño y realización de maquillaje y
caracterización. Tiré la toalla, necesitaba un cambio.
¿Con qué trabajo has compaginado la actuación? ¿Y qué haces
en la actualidad?
Bueno como ya te he dicho soy una hormiguita hiperactiva. Me
fui a vivir a Mallorca y trabajé en la televisión autonómica. Soy estilista en
moda y publicidad, entre otras cosas. Allí también tuve mi programa de radio y
me dediqué a escribir y disfrutar como nunca de la naturaleza. Ahora he vuelto
a Madrid con deseos de inaugurar una nueva etapa en mi vida.
Entrevista por José Manuel Serrano Cueto.
Foto superior cedida por Analía Ivars.
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