Dos años llevo en Carabanchel...

Carabanchel es mucho más que una histórica cárcel derribada. Cárcel, por cierto, por donde pasaron Gila, Fernando Arrabal, Fernando Savater, Marcelino Camacho o Marcos Ana, entre tantísimos... También es mucho, muchísimo más que el barrio en el que se criaron Santiago Segura y Manolito Gafotas, dos que tienen tela en común, ¿no? El barrio de Carabanchel, con ese olorcito pringoso a gallinejas que la memoria trae, tiene un poco de todo lo castizo. Y no pierde, jamás, su sentir obrero. Desde hace 31 ediciones, Carabanchel es además un barrio de cine, de un cine vecinal -porque los vecinos tienen la última palabra-, de un cine del barrio, para el barrio y abierto a todos los madrileños. El día 31, Islazul, centro comercial con el que se ha ganado calidad de visionado y perdido solera, una de cal y una de arena, acoge la XXXI Semana de Cine Español, siete días de cine español que ver (o revisionar) a escasos eurillos. Una oportunidad de disfrutar de títulos como Entrelobos, Planes para mañana, Amador, Todo lo que tú quieras, Flamenco, flamenco, Pájaros de papel, Todas las canciones hablan de mí o Los ojos de Julia. Ver y charlar. Después de cada proyección, los asistentes podrán hablar, incluso discutir con cortesía, con algunos de los directores, actores y técnicos de estas producciones. Encuentros de cine en la noche de Carabanchel.

Me complace, pues, presentar y moderar por segundo año algunos de los coloquios de esta Semana de Cine Español de Carabanchel que se presenta el próximo lunes 24, a las 12 horas, en el elegante Patio de Cristal de la Casa de la Villa de Madrid. Día, además, en el que la malagueña Kiti Manver, madrina de esta edición, recibirá el premio Puente de Toledo.

Os veo, pues, en Carabanchel. Del 31 en adelante, una semana, dos películas por día (tres si contamos la sesión infantil de la mañana), mucho cortometrajes a concurso, cineastas... Eso sí, hemos cambiado las gallinejas por los Foster's Hollywood. Hemos salido perdiendo porque no es lo mismo la grasa cañí que la grasa yanqui, ¿que no?...