Víctima de ETA (le han destrozado su casa de Lazkao con una bomba), Emilio Gutiérrez, lleno de rabia y dolor se fue con un mazo a una taberna de la izquierda radical para devolverles la pelota a golpes. Rompió todo lo que pudo antes de que la policía lo sacase del local. El hombre, abatido, pidió perdón a sus padres a sabiendas de que son ellos los que más van a sufrir con su detención. No justifico este acto, pero lo comprendo, que una casa es el hogar de uno, cojones, y nadie tiene derecho a privarnos de ella. A su acto de valentía (provocada por desesperación) le han respondido llamándole fascista. Todos los que no estén (estemos) de acuerdo con ellos somos unos fascistas, pero los que hacen uso de la fuerza y arrebatan la vida no son unos dictadores. Tenemos que comprenderles, pobrecillos, porque piden algo que consideran justo. Yo a quien comprendo es a Emilio Gutiérrez, cuyo calvario no ha hecho nada más que empezar.
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1 comentarios:
yo también comprendo a Emilio...tantas cosas por hacer, decir y callar.
Y te felicito por tu nueva imagen, jjj, -ta chula-
Un besote grande
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