El número 11 de Scifiworld (ya va camino de cumplir un añito) ha irrumpido en los quioscos con el alienígena de Deprador en su portada. Afortunadamente, la publicación, al contrario de lo que le pasa al monstruo que acosa a Arnie, es cada vez más visible entre la marabunta de revistas que se agolpan en los quioscos y tiendas de prensa. En esta ocasión, los contenidos son de campeonato, destacando el profuso trabajo sobre Stan Winston. Mi modesta aportación mensual se limita a rememorar House, una casa alucinante. Y parece que hoy va la cosa de despedidas. También en marzo, mi columna "Horrormanía" cerrará sus líneas para ¿siempre? Esa nueva andadura de la que hacía mención en el post sobre Freek! me hace tomar esta difícil decisión. Pero es hora, me apetece, de cambiar las tornas. Me enorgullece formar parte de esa gran familia que es Scifiworld, de que Luis M. Rosales y los suyos hayan confiado siempre en mí y me hayan respetado en todo momento como autor, crítico, o lo que quiera que yo sea. Sé que harán algo bueno con el espacio que dejaré el próximo mes. Yo mientras seguiré vinculado a ellos profesionalmente a través de los proyectos que tenemos en común: Johnny Putrido, sobre todo. Pero sobre todo estaré ligado a estos gallegos por la amistad, que de ficción no tiene nada y de ciencia quizás mucho.
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