Maria Schneider arrastró hasta su muerte, ocurrida ayer en París, lo que ella consideraba una rémora: la etiqueta de "sex symbol". Bertolucci la forjó, cual Pigmalión, en El último tango en París, cuyo escándalo (la mantequilla famosa) hizo de ella una "lolita" capaz de empapar miles de sábanas... Cuánto sexo desconocido, solitario, habrá provocado, a su pesar, Maria "Jeanne"...
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